Tal y como comenté antes, la vida no es lineal, y la vida pretende que hoy les hable de Facebook, de mi desarrollo en Facebook como persona virtual y como posible futura emprendedora. Entré a Facebook el 5 de septiembre de 2010, antes no había tenido, no lo sentía necesario, formaba parte de un foro llamado CemZoo, el cual contaba con perfil, álbum de imágenes y blog y me sentía segura ahí para publicar todas mis ocurrencias, mis dibujos, mis estados, fotos, etcétera. Era como mi suerte de propio Facebook personal. Además, tenía la opción de poder decorar el perfil a gusto y ponerle lo que uno quisiera. Fue un amigo de ese foro el que me invitó a entrar para poder estar más en contacto. No me había llamado la atención por la reticencia y miedo que había hasta entonces de mostrar tu cara en la red (y no precisamente porque salieras sin maquillaje), porque no le entendía (la interfaz era un poco más complicada y porque nunca me han llamado la atención los lugares en donde hay grandes masas, suelo llegar tarde a todo, cuando ya no hay gente, preguntándome por qué había habido tanto hype. No me gustaba mucho Facebook ni lo usaba. En aquel tiempo se ponían fotos pequeñas, el perfil no se personalizaba, ni siquiera se podía cambiar de color como en sitios tipo fotolog (el cual yo tampoco tenía) te unías a dos mil “amigos” y a tres mil grupos diferentes para parecer interesante, además de darle “me gusta” a todo sin pensar. Comencé a usarlo con más frecuencia años más tarde, cuando a la plataforma se le ocurrió implementar juegos. Me pasaba bastantes horas en ello porque siempre me habían llamado la atención ese tipo de cosas. Además, poco a poco empecé a tomar la costumbre de escribir estados… de ánimo. Finalmente cuando se implementó el chat, comencé a usarlo un poco más para comunicarme de inmediato y más extensamente con mis amigos a distancia, porque era más cómodo que andar escribiendo kilométricos emails. También la modalidad comenzó a reemplazar poco a poco al Messenger, que era lo que se usaba en ese momento. Ahora Messenger se le llama a la aplicación de Facebook y no a la de msn. Casi me siento un poco vieja, si lo digo de esta manera, pero es que las cosas suceden, desde algún punto, desde hace algún tiempo, a gran velocidad.
Hoy día uso la red a diario, como cualquier otra persona, aunque se me ha hecho más costumbre compartir cosas interesantes que publican otros, antes que escribir estados de los que más adelante pudiera arrepentirme (las personas a veces somos mucho más rápidas con los dedos que con el pensamiento). Además de cuidar mi perfil https://www.facebook.com/luciabelen.aguinaga también me he hecho mi página https://www.facebook.com/Asuramaart/notifications/ a la que uso como exposición de mi trabajo artístico y para reunir comunidad con mi usuario Asurama
Lo único que extraño un poco es el blogging del primer foro en el que estuve. Igual, hoy día a la gente no parece gustarle demasiado leer, yo sinceramente espero que al menos intenten darse una vuelta por aquí y ver los diseños que les puedo ofrecer. No tengo planeado contar una historia dramática tipo el seudolibro “Abzurdah”, pero registraré tanto para recordar cómo es que estoy aquí y para que los que se acerquen, conozcan a la persona que está detrás de las ilustraciones brillantes y fantasiosas.
En cuanto a Facebook, como si la ironía le golpeara, hoy día es lo que se temía en un principio: escabroso, nos revisa todo, sabe todo y además se da el lujo de comerciar con nuestros datos, porque ni Mark se cree eso de que él sólo quiere acercarnos entre nosotros. Ese objetivo ya lo cumplió, le funcionó bien la red de amigos, un par de clicks te separan de ser amigo del presidente, ahora busca llenarse con otras co$a$. Esas mentiras no nos la contará a nosotros, los que pretendemos ser empresarios, pequeños o grandes, pues claramente se ve su solicitud de tarjeta de crédito cuando te propone promocionarte por SEM y hacerte fácil la segmentación de tu mercado, es claro y conci$o. Hoy Facebook es una herramienta y nosotros la herramienta de ellos, la red social es una red comercial. Es mala pero es buena y mi cara es pública ahí, aunque espero que nunca más de lo necesario
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